Una cuchara muerta en una hamburguesa de
McDonald’s fue lo que hombre halló cuando disfrutaba de su compra. En
compensación el director del restaurante marcó su recibo para que recibiese la
comida gratuitamente en su próxima visita.
Un clavo en la hamburguesa fue lo que un hombre
de 51 años halló enterrado entre sus dientes y encías tras morderla vorazmente.
Un condón en una hamburguesa de Burger
King fue lo hallado por un hombre mientras comía en el establecimiento, al cual
demandó por daños y perjuicios.
Una aguja de jeringa veterinaria fue lo que
un adolescente de 14 años halló en su hamburguesa doble. Las autoridades
determinaron que la aguja se abrió paso hasta la comida desde la planta
procesadora de carne.
En Australia una
joven encontró en su Big Mac una colonia
de larvas haciendo vida en la carne de su hamburguesa. Inmediatamente
reportó el incidente a la policía recibiendo un reembolso de su dinero.
En Suecia un
hombre encontró una uña humana
dentro de su hamburguesa de McDonald’s; acto seguido, vomitó frente a los presentes.
Un objeto contundente en las alitas de
pollo fue por lo que una mujer estadounidense demandó a la cafetería que se las
sirvió por el daño causado a su dentadura.
Un cuchillo en su sándwich de 30 cm en
Subway fue lo que un hombre halló tras darle un mordisco. El objeto medía 18
cm.
Una curita usada fue lo que una estudiante
de la Universidad de Illinois encontró en sus papás fritas de McDonald’s.
Conmocionada se dirigió al gerente del establecimiento quien le devolvió su
dinero.
Un ratón fue lo que contraatacó a un
hombre que disfrutaba de su orden de pollo en la franquicia Popeye’s. El roedor
se resistía a ser devorado.
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